Incierta sociedad

Con la todavía presente controversia suscitada por la primera sentencia del juicio a la manada, polémica para muchos,  injusta para otros y completamente fuera de lugar para la gran mayoría. En tiempos dominados por la era digital y las redes sociales, absorbidos plenamente por la tecnología y las relaciones virtuales donde la infancia juega a ser adulta antes de tiempo, comportamientos totalmente antinatura que parecen no importar demasiado a una sociedad cambiante más preocupada por la ambición y el deseo se subir en la escala profesional que por traer al mundo a buenas personas y no hijos que, movidos por la misma avaricia que otrora vieron en sus padres abandonen a estos a la primera de cambio, una sociedad promovida por la envidia y la falsedad que avanza a ritmo vertiginoso y peligroso, materialista y nada consecuente con el trato humano.

Lejos de intentar ni muchos menos juzgar donde habita la razón pues para ello serían necesarios ya no solo sentido común cierta dosis de raciocinio y humanidad sino también algunos conocimientos jurídicos, esos de los que adolece gran parte de la población me pregunto si el problema no ira mucho más allá de una posible sentencia quizá en manos de jueces equivocados.

Me pregunto si no deberíamos enfocar la solución al problema en la educación de las generaciones venideras como base de los cimientos de una sociedad hipócrita y engreída, falta de valores morales lastrada de un tiempo a esta parte por posturas radicales y peligrosamente extremas igual en contra que a favor en temas tan delicados como el maltrato animal o la violencia de género.

Sociedad esta donde todos y cada uno de nosotros nos creemos juez y parte  sintiéndonos con pleno derecho de juzgar los actos de nuestros semejantes. Acaso no nos damos cuenta cuando señalamos con el dedo a un presunto maltratador que finalmente no acaba sino siendo una víctima más de una falsa denuncia fruto de una mente perversa o es que acaso tampoco nos hemos dado cuenta de que hemos podido destrozar la vida de algún grupo de chavales creyendo la falsa versión de una adolescencia que solo pretende, en muchas ocasiones, ocultar de puertas para dentro sus  locuras y desenfrenos intentando seguir solo el ritmo que impone esta vorágine de  sociedad en la que nos vemos inmersos día tras día. Acaso no nos damos cuenta a veces, del flaco favor que en determinadas ocasiones nos hacemos a nosotros mismos con movimientos activistas a favor de algunos actos sobre los que no conocemos más información que nuestras propias ideas preconcebidas.

Imágenes: Pixabay

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Powered by WordPress.com.

Up ↑

A %d blogueros les gusta esto: