En un momento donde todo parecía haberse tornado en negros nubarrones tras un horizonte de incertidumbre. La noticia de tu venida apareció de la mano de la esperanza en su vida.
Irrumpiendo como un torbellino trayendo consigo todo un entramado de sentimientos y emociones, desembocando en renovadas ilusiones. Como portadoras, ahora sí, de la certeza de un nuevo propósito en la vida.
Colándote para viajar por la memoria de los sueños con infinita frescura en sus cálidas noches de verano. Siendo capaz de mirar en los recuerdos a través de sus ojos. Haciéndole más amena la dulce espera.
Mientras que ahora, invadido por la alegría del momento con motivo de tu llegada. Él no podía dejar de pensar en la mejor forma de guiarte de su mano al despertar. Sin ni siquiera haber visto tus ojos parpadear.
Buscando la mejor manera de protegerte en su regazo de todas de las inclemencias que la vida sin duda se ocuparía de hacerte llegar.
Colándose entre tus sueños cual súper héroe salvador mostrándote todo su apoyo hasta conseguir hacerte el fuerte en la batalla frente a tus peores demonios, como dueños de tantas pesadillas. Haciéndote sentir plenamente amparado en cada una de las duras noches de insomnio.
Brindándote la oportunidad de sentirte seguro de ti mismo. Incitándote a sacar esa fortaleza a buen seguro oculta en tu interior.
Tiñéndote de luz y color en el pasar de los días inciertos, guiándote a través de esos primeros pasos en tu todavía lento caminar. Sin dejar de protegerte en los incómodos tropiezos. Salvándote así de lo tortuoso del camino a través de su apoyo incondicional.
Protegiéndote de cualesquiera que sean los avatares que el destino tenga a bien hacerte llegar. Haciéndote incluso sentir inmortal
Siendo capaz de mirar por tus ojos en aquellos momentos ensombrecidos por las peores decisiones.
Convirtiéndose en tu mejor compañero de viaje, bailando contigo bajo la tormenta en lugar de ofrecerte un para paraguas con el que cobijarte.
Dejándote crecer y madurar siendo capaz de ver la vida pasar a tu lado sabiendo mantener la distancia oportuna a cada momento., velando por tu protección en las más crudas noches de frío y soledad. Enseñándote a sacar partido en cada una de las trabas que el destino pueda poner en tu inusitado trayecto hasta conseguirte hacer ver el lado bueno de las cosas. Ayudándote a limar todas tus asperezas hasta hacer de ellas tu mayor fortaleza, necesaria para lograr aquello que sea que te propongas en la vida.
Con el único fin de evitarte deambular incluso después de llegado el momento de verte volar.
Porque a buen seguro que sin tu llegada la vida para el nunca habría sido del mismo color.
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