Es tiempo…

Es tiempo de regalar sonrisas, de sujetar abrazos y contener sentimientos, reprimir y aprender a gestionar emociones. Tiempo de despedidas arrebatadas, adioses inesperados y dolor en soledad.

Tiempo de añorar y tiempo más que nunca para pensar. En nosotros mismos y en los demás.

Tiempo de reflexión y arrepentimiento. Reflexionar y poner en valor cada pequeño detalle perdido, esos que hace ya demasiado tiempo que dejamos caer en el olvido.

Arrepentirse de esa llamada no realizada, o de aquella visita tantas veces aplazada, de cada gesto olvidado junto con tantos te quiero evitados.

Arrepentirse de aquel mal gesto, de aquella mirada innecesaria en un momento desafortunado.

Tiempo de curarnos en humildad, de poner en valor pequeños momentos y detalles claramente olvidados, esos que ahora han pasado a ser protagonistas de nuestra rutina diaria.

En definitiva, arrepentirse al echar la vista atrás y darse cuenta de haber dejado buena parte de la vida escapar.

Aunque indudablemente es tiempo de sentimientos encontrados, rabia, dolor e impotencia por esos duelos aún sin resolver, tantos sepelios con fecha por determinar. También es tiempo de esperanza, de mantener vivas las ilusiones y los sueños. De creer en la buena voluntad y solidaridad de las personas. Esas que cada tarde aplauden, esas que desde hace semanas no salen del rellano de sus casas si no es para las necesidades más básicas, esas que de forma desinteresada se ofrecen a traer la compra a necesitados, dependientes y ancianos. Esas que siguen confinadas otro día más en favor de nuestros padres o abuelos en todos y cada uno de los centros de día, hospitales o residencias de ancianos. Por no hablar de nuestros sanitarios. Esos que han cambiado sus ya de por si mermados momentos de sofá por largas jornadas de angustia e impotencia viendo demasiadas vidas escapar entre sus manos.

Aprovechemos la ocasión y hagamos del momento tiempo de mirar hacia adentro, dejar salir nuestro yo más oculto y escondido. Buscar la paz con uno mismo tratando de proyectar a los demás la mejor versión de nosotros mismos, compartiéndola con los demás. Aprender a encontrarse, dejar escapar esa bondad y regalar toda nuestra generosidad. Sacando a ese niño inocente que todos a menudo tratamos de ocultar en nuestro interior.

Tiempo para pensar que tarde o temprano todo esto acabará.

Tiempo de esperanza , pero sobre todo.

Es tiempo de creer en el valor de las personas.

Imágenes: Pixabay

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Powered by WordPress.com. Tema: Baskerville 2 por Anders Noren.

Subir ↑

A %d blogueros les gusta esto: