Dolor colándose como el duro frío en las peores mañanas de invierno penetrando por tus huesos hasta lo más profundo de tu ser,
Dolor que te aprisiona, estremeciéndote como si de una una punzada desgarrándote las entrañas se tratase.
Dolor que termina por nublar cualquier atisbo de cordura paralizando todos tus sentidos, dilatando tus pupilas.
Dolor que casi sin darte cuenta acaba entumeciéndote en lo más profundo de tu ser arrebatándote hasta el alma.
Dolor

Deja un comentario